domingo, 11 de septiembre de 2016

Oficiales de las fuerzas armadas ecuatorianas que se adhirieron al golpe fascista de Pinochet



 
APLAUSO AL GOLPE DE PINOCHET[1]

Oswaldo Albornoz Peralta


Aunque no se crea, pocos días después del sangriento golpe dictatorial protagonizado por Pinochet, aparece en el diario El Comercio de la ciudad de Quito un comunicado titulado ¡Viva Chile! suscrito por varios oficiales ecuatorianos.

Allí se dice, con singular impostura, nada menos que esto:

“Las Fuerzas Armadas Chilenas, fieles a su tradición de elevado civismo y respeto absoluto a las normas constitucionales; acompañaron y sustentaron al régimen  legal del Dr. Salvador Allende, en su fallido experimento de sovietizar a Chile por las vías civilizadas y pacíficas”.[2]

Se agrega, en forma por demás hipócrita, que se rinde homenaje a la viril figura humana del presidente Allende, por haber pagado con su vida su equivocada política marxista. Y se cierra el párrafo final con esta frase: “Paz y honor sobre su tumba”.[3]

Empero, la falsedad y el fingimiento, no pueden cubrir la verdadera finalidad de ese comunicado: apoyar al gorila Pinochet, el asesino de Salvador Allende, que hasta la víspera del golpe traicionero se arrastraba como sierpe a sus pies y prometía que defendería el orden constitucional. Es defensa de las infames matanzas del Estadio Nacional, donde se acalla para siempre con el bronco fragor de la fusilería, la guitarra y el canto de Víctor Jara. Es adhesión y aquiescencia al vil asesinato de los valientes militares chilenos que se opusieron con el sacrificio de sus vidas al sucio golpe dictatorial. Y es aceptación y aplauso a la intervención de la CIA y del gobierno norteamericano en los asuntos internos de Chile, vale decir, a un acto de traición a la independencia y traición de la patria.


Pinochet por Pavel Égüez


Todo esto, y mucho más, significa el comunicado ¡Viva Chile!

He aquí los nombres y apellidos de sus autores:

                                   General Carlos Cabrera
                        General Agustín Mora Bowen
                                   General Andrés Arrata
                                   General Antonio Morales
                        General Luis Cabrera
                                   General Gustavo Banderas
                                   Coronel Jorge Gortaire
                        Coronel Jorge Salvador Chiriboga
                                   Teniente Coronel Salomón Larrea
                                   Teniente Coronel Francisco Tamariz Palacios
Teniente Coronel Francisco Solórzano
Teniente Coronel Jorge Chiriboga
Teniente Coronel Julio Merchán
Teniente Coronel René Cueva
                                   Teniente Coronel Luis Montalvo
Mayor Arturo Suárez
Mayor Napoleón Izquierdo
Mayor Patricio León
Mayor Eduardo Alvear
Mayor Leonidas Plaza Lasso
Capitán Jorge López
Capitán Luis Dueñas[4]

Varios de estos oficiales son ya veteranos en golpes dictatoriales, y algunos llegan alto por su destreza en esta clase de acciones, como Mora Bowen por ejemplo, ministro de Gobierno en la célebre  Junta Militar presidida por Castro Jijón. Célebre Junta no por sus virtudes, sino por su oscuro origen y desmanes. Todos saben que los golpistas derrocan al presidente Carlos Julio Arosemena Monroy por orden yanqui y con la colaboración de los agentes de la CIA introducidos como cuñas estratégicas dentro de su gabinete. Y así mismo, obedeciendo al amo extranjero, renuncian al mar territorial de las 200 millas. Por esto, llenándose de indignación, un congreso declaró traidores a los responsables de este crimen de lesa patria.

Otros, brillan también, por hechos non sanctos. Solo dos ejemplos. Allí está el coronel Salvador Chiriboga, uno de los responsables de esa cobarde matanza de los obreros de Aztra. Y está el mayor  Leonidas Plaza. Este es un anticomunista de tomo y lomo, con espada fulmínea, dispuesto a erradicar el comunismo de la Tierra. Promete organizar una expedición militar para “libertar” a Cuba, pero repentinamente, ante la cercanía de la hazaña, un temblor corta los arrestos del legionario y Fidel se salva de milagro…

El comunicado de marras, para que todo sea completo, contiene camuflada entre palabras melosas, una velada amenaza al régimen de esa época presidido por el general Guillermo Rodríguez Lara. “Qué esta sea una lección, una advertencia para el gobierno “NACIONALISTA Y REVOLUCIONARIO” que hoy rige los destinos de nuestra PATRIA con la mejor buena fe y la mejor de las intenciones”[5], expresan los espadones. La amenaza va dirigida  a la acción positiva de ese mandatario: la defensa de nuestras riquezas naturales de la voracidad de las empresas extranjeras. Y entre los amenazadores, increíblemente, está el general Andrés Arrata, que ocupó la cartera de Defensa de ese gobierno. Por eso, quizás, la extraña combinación de amenaza y lisonja.

Enemigos de Pinochet, y enemigos odiados al extremo, son la inteligencia y la cultura. El canto a Chile, el canto más alto al pueblo de Caupolicán y de Lautaro, al pueblo de O’Higgins y Balmaceda, es sepultado en el silencio con la persecución y muerte de Neruda. Los libros, con todo el tesoro de sus páginas, imitando a sus maestros nazis, son consumidos con el fuego de las piras. Las conquistas de la ciencia y las bellezas del arte, son cubiertas con el humo de las cenizas.




Pero versos y libros, ciencia y arte,  ¿qué pueden interesar a sus admiradores…?


[1] Tomado de Oswaldo Albornoz Peralta, Páginas de la historia ecuatoriana, t. II, Editorial de la CCE “Benjamín Carrión”, Quito, 2007, pp. 291-294.
[2] El Comercio, Quito, 18 de septiembre de 1973.
[3] Idem.
[4] Idem.
[5] Idem.

5 comentarios:

  1. Sirvientes del imperio. En 1965, cancelado del magisterio por los gorilas, me despedí de un pariente político. Iba a China en calidad de profesor de español. Eso estaba prohibido por la dictadura. Le dije que íbamos a Francia. Me dijo: "ojalá no sea a un país comunista. Eso no les va a gustar alos americanos". La soberanía y la dignidad por los suelos

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  2. Importantísima información, publicaré tomando en cuenta la fuente en.Mi página de Facebook, gracias por esto. Prohibido olvidar.

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  3. Vale también recordar la inmensa solidaridad del pueblo ecuatoriano con los patriota chilenos que pudieron llegar al país. Hay que escribir sobre ese tema porque al contrario de estos militares fascistoides, el pueblo y los estudiantes alojaron y protegieron a centenares de combatientes intelectuales, obreros, artistas.

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