Las luchas indígenas en el Ecuador, publicado hace justamente cincuenta años, es ya un clásico de las ciencias sociales del país, por ser el primer libro que sintetiza las luchas de los pueblos indígenas a lo largo de cinco siglos de dominación, explotación y vejámenes recibidos por parte de las élites del poder y clases dominantes en tres etapas de nuestra historia: la conquista, la colonia y lo que va de vida republicana hasta la década de los años sesenta del siglo pasado.
En sus páginas se
describe la barbarie ejercida por todo tipo de autoridades, encomenderos,
terratenientes, oligarcas, gamonales, latifundistas, todas las transmutaciones
en las que se han manifestado sus opresores para obtener la mayor ganancia
posible de este importante sector de las clases subalternas de nuestra
sociedad.
Capítulo tras capítulo, se
hace el registro de personas quemadas vivas, arrastradas por caballos, víctimas
de descuartizamientos y exposición de cabezas y miembros, de mutilaciones,
ahorcamientos, fusilamientos, torturas, desalojo, destrucción y saqueo de sus
viviendas, poblados incendiados, masacres a mansalva, cárcel, etc. Un padrón casi
completo de todas las formas y medidas represoras posibles utilizadas por sus
victimarios para sofocar los reclamos de los humildes de nuestro pueblo cuando se
rebelan por justas reivindicaciones en estos cinco siglos y más de resistencia.
También se consigna la extinción y aniquilamiento de tribus enteras en la
Amazonía y en la
Costa ecuatoriana.
En detallado inventario
cronológico el autor reconstruye las luchas indígenas desde el arribo de los
conquistadores europeos en las primeras décadas del siglo XVI hasta la sexta
del siglo XX. La larga tradición y trayectoria de lucha, que ha convertido al
movimiento indígena actual en uno de los más vitales de todos los movimientos
sociales, queda expuesta en su permanente batallar por la conquista de derechos
conculcados por sus explotadores. También analiza su participación en las
guerras de independencia, en la revolución liberal y las jornadas de los
sindicatos indígenas en tiempos más recientes.
Además de todo lo
señalado, establece el sinnúmero de causas que provocan sus sublevaciones: las
mitas, las alcabalas, diezmos, estancos, tributos, repartimientos, las más
onerosas contribuciones, el despojo de tierras comunales, la ley de
contribución personal o la abusiva requisa de animales, el concertaje, por el
agua, por bajos salarios o adeudamiento de los mismos, maltratos, mingas obligatorias, especulación con artículos de
primera necesidad, prolongadas
jornadas de trabajo, por la supresión de rezagos semifeudales, por derechos
laborales, o por la libertad de compañeros detenidos. Deja también constancia
de todas las formas de resistencia utilizadas
por los indígenas en cada una de sus movilizaciones sociales. En fin, en este libro queda para las futuras
generaciones una especie de gran mural de aquellas jornadas heroicas en las
que, en no pocas ocasiones, participan miles de indígenas.
Por toda esa valiosa
información es oportuno dar a luz nuevamente este libro de difícil consecución.
Hoy que el pueblo ecuatoriano grita: ¡Octubre vive!, ¡la lucha sigue!
recordándoles y advirtiéndoles a sus opresores y al gobierno depredador de
turno, subordinado a designios de organismos e intereses transnacionales, que
los que han poblado esta sagrada pachamama, vienen resistiendo 529 años
y no les dejarán fácil sus protervos afanes de más despojos mediante sus tramposos
recursos y políticas neoliberales.
Léelo y difúndelo:
https://drive.google.com/file/d/1NxeziFUpUtnkXgJXRS58uu6ecyE2bWrF/view?usp=sharing