III
LAS IDEAS SE HACEN CARNE
En efecto, de la labor
propagandística y de difusión teórica,
se pasa a la organización de los primeros
grupos socialistas. Ya para el año 1924 funciona en Quito el grupo “La Antorcha”, que tiene como órgano doctrinario el
periódico del mismo nombre. También
funciona en esta misma ciudad el grupo denominado “Sociedad Amigos de Lenin”, dirigido por el distinguido escritor mexicano
Rafael Ramos Pedrueza, que pone a disposición de sus miembros su biblioteca, la
que cuenta con numerosas obras marxistas
difíciles de encontrar en el medio y que por lo mismo contribuyen mucho para la
formación ideológica de sus componentes, quienes realizan una
acción digna de encomio y que
llegan a pedir la afiliación de su agrupación a la Tercera Internacional Comunista. El 13 de Julio se crea el
“Núcleo Central Socialista de Quito”
que tiene mucha actividad y que inclusive organiza asambleas públicas para propagar las nuevas ideas. Así mismo, en otras
provincias y poblaciones del país,
funcionan grupos que se van creando paulatinamente. En Cuenca existe el “Núcleo Socialista del Azuay”, en Riobamba se funda
él “Partido Demócrata Social”, en Manabí
tiene actividad el “Núcleo Revolucionario de Manabí” y en Tulcán actúa el grupo socialista denominado “La Reforma”. Las
ciudades de Loja, Ambato, Ibarra y
Otavalo, tienen también sus grupos socialistas. Y en Guayaquil, el 28 de marzo de 1926, se realiza la primera asamblea
local socialista.
Los
grupos socialistas que acabamos de citar están conformados mayoritariamente por
intelectuales, debiéndose exceptuar tan solo el de Guayaquil, que gracias al desarrollo económico de la ciudad, puede contar con una buena
representación obrera. Muchos
de los intelectuales que integran los primeros núcleos socialistas están
llamados a ocupar un elevado lugar en el campo de las letras y de la cultura nacional. Para que se vea que esto es así y que no exageramos,
teniendo en cuenta que sus nombres son poco
conocidos por las jóvenes generaciones de hoy, vamos a mencionar, aunque sea en
pocas líneas, la producción intelectual de algunos de ellos.
Empezaremos
con el grupo “Antorcha”.
Este
grupo está formado por 11 personas –ver El 15 de Noviembre de 1922 y la Fundación del Socialismo relatados por sus protagonistas,[1]– casi todos intelectuales, de los que, en aras de la brevedad, mencionaremos
únicamente a los más distinguidos. Ellos
son:
Jorge Carrera Andrade
Este
poeta está considerado, sin discusión,
como una de las altas cimas de la poesía
ecuatoriana, y no solamente ecuatoriana, sino latinoamericana, razón por la que
consta en múltiples antologías. Son numerosos sus libros y cuadernos poéticos,
de los cuales citamos solo estos pocos: Biografía
para uso de los pájaros, Canto al puente de Oakland –con traducción al inglés– Cargaison oceanique –en francés– Lugar de origen y Hombre planetario. También traduce al
castellano a los mejores vates de
Francia, traducciones contenidas en su obra Poesía
francesa contemporánea. Sus
libros en prosa, sobre variados temas, son paradigma de elegante decir y
muestrario de erudición. Latitudes, Viaje por países y libros, Interpretaciones
latinoamericanas, El camino del sol, Galería de místicos y de insurgentes, La tierra siempre verde,
son sus producciones más notables
en este campo.
Ángel Modesto Paredes
Es
el encargado de la difusión de AMAUTA, la gran revista de José Carlos Mariátegui,
en nuestra patria. Dos veces, nos parece, colabora en ella.
Se
destaca en sociología y derecho
internacional sobre todo, aunque no deja de
adentrarse en otros campos, inclusive en el literario, pues es autor de algunas novelas.
En
su especialidad principal, la sociología, entre otros, escribe los siguientes libros: Sociología
general aplicada a las condiciones de América (1924), La
conciencia social (1927), Los resultados sociales de la herencia
(1935), Problemas etnológicos
indoamericanos (1947) y Biología de
las clases sociales (1954). Y en derecho internacional: Informe sobre la importancia de ratificar la
convención sobre derecho internacional privado, suscrita en la Habana y el nuevo derecho internacional y Las bases de la paz en América.
Su
producción intelectual, si bien
democrática y progresista en su época, está alejada del marxismo. El sociólogo
Rafael Quintero –prólogo a la antología de Paredes titulada Pensamiento Sociológico publicada por el Banco Central– dice que
su “tragedia fue no poder escapar a las determinaciones de su tiempo”.[2]
Hugo Alemán
Poeta,
Y como poeta es un puente, pues emerge del modernismo y de la influencia de la
generación decapitada, para llegar al canto nuevo y defender la causa del hombre y de los pueblos. Sale del pesimismo –“Del mal de ser poeta, de esta melancolía que me hace amar lo enfermo,
las imágenes mustias”– para arribar al vibrante ¡No pasaran! y
condenar al fascismo que inunda en sangre la España Republicana: “Ni el
asesinato procaz de ancianos, niños y mujeres –dice– han podido
vencer la resistencia y el vigor proletarios”.[3]
Prosista.
Libros y folletos de variados temas: Presencia del pasado –dos tomos– Tránsito de generaciones,
Ernesto Noboa y Caamaño artífice del
soneto “Emoción vesperal”, Antonio C. Toledo: poeta del amor y del
infortunio y Sucre: parábola
ecuatorial. Este, su legado.
Augusto Arias
Es
intelectual múltiple: poeta, periodista,
biógrafo, crítico literario y pedagogo. El
volumen de sus Obras selectas publicado por la Casa de la Cultura en 1962, donde
se ha reunido la mayor parte de sus trabajos en prosa, consta de diecinueve
temas. Entre ellos, los más conocidos,
son los siguientes: Cristal indígena, Vida de Pedro Fermín Cevallos,
Luis A. Martínez, España eterna y Almas y lugares. Obras poéticas: Poemas íntimos y El corazón de Eva. Y su texto, Panorama de la literatura ecuatoriana, ha enseñado esa materia a muchas
generaciones de estudiantes secundarios.
Delio Ortiz
Es
autor de algunos libros. EI más notable,
quizás, es Diplomacia de gánsters que estudia el Tratado Salomón‒Lozano celebrado entre Colombia y el
Perú, en mengua de los intereses
ecuatorianos. Benjamín Carrión, que prologa esta obra, considera a Ortiz “como a uno de los más vigorosos escritores políticos del Continente”.[4]
Aunque el juicio, sin duda exagerado, sirve
para evaluar su categoría.
El Grupo "Lenin
El grupo “Lenin” está
integrado así mismo por algunos intelectuales. Tres son ingenieros: Alberto Suárez Dávila, Pablo Charpantier y Timoleón
Jácome. Hay un periodista: Luis Anda
Rumazo. Pero la figura más sobresaliente es la del profesor Fernando Chaves, conceptuado como el
precursor de la gran novela indigenista
ecuatoriana, con su conocido libro Plata
y bronce, publicado en 1927. Es autor además de La embrujada y Escombros pertenecientes al mismo género
novelístico, y de Oscuridad y extrañeza, un ensayo sobre
Franz Kafka, que precede a su traducción de La carta al padre del escritor checo mencionado. Y fuera del campo literario escribe Ideas sobre la posición actual de la Pedagogía, donde aborda importantes asuntos relativos a esta disciplina científica.
Y
en los otros grupos de provincias, como ya se dijo, el panorama es parecido. Únicamente daremos dos ejemplos. En el socialismo de Guayaquil está
el gran escritor José de la Cuadra, cuyos cuentos y
novelas que son numerosas y muy conocidos, por
su alta calidad literaria, no faltan nunca en las principales antologías de la lengua castellana. Y en el grupo socialista de Cuenca
está Carlos Aguilar Vásquez –médico– cuyas Obras completas
publicadas en la década del 70 se componen de seis gruesos volúmenes, dos de
poesía y cuatro de prosa, donde podemos hallar una gran variedad de géneros:
novela, cuento, teatro, periodismo y ensayos
histórico–sociológicos, como Xima por
ejemplo, que demuestra su humana preocupación
por la causa del indio. A
base de todos estos grupos se forma el Partido Socialista Ecuatoriano. Del
16 al 25 de mayo de 1926 sesiona la primera Asamblea Nacional Socialista que aprueba
tres documentos importantes para su marcha y posterior desenvolvimientos: Declaración de
Principios del Partido Socialista Ecuatoriano, Programa de Acción del Partido
Socialista Ecuatoriano y Estatutos del Partido Socialista Ecuatoriano. En 1928, el Partido ingresa a la Tercera Internacional Comunista.
La procedencia social y profesional de los delegados a este primer Congreso es muy heterogénea, pero se puede decir, que en general, predominan los elementos intelectuales de origen burgués, los que en gran parte son elegidos para integrar el Consejo Central Ejecutivo Socialista, como se puede ver examinando la nómina constante en el folleto titulado Labores de la Asamblea Nacional Socialista, donde se recogen las actas y documentos de este certamen de inmensa trascendencia para la vida política de nuestro país. Pero, no cabe duda, que la influencia y el impulso que ha dado el movimiento de los bolcheviques a todas las fuerzas progresistas del mundo, está presente en la mente de los delegados.[5]
La procedencia social y profesional de los delegados a este primer Congreso es muy heterogénea, pero se puede decir, que en general, predominan los elementos intelectuales de origen burgués, los que en gran parte son elegidos para integrar el Consejo Central Ejecutivo Socialista, como se puede ver examinando la nómina constante en el folleto titulado Labores de la Asamblea Nacional Socialista, donde se recogen las actas y documentos de este certamen de inmensa trascendencia para la vida política de nuestro país. Pero, no cabe duda, que la influencia y el impulso que ha dado el movimiento de los bolcheviques a todas las fuerzas progresistas del mundo, está presente en la mente de los delegados.[5]
Al
igual que hicimos antes con los miembros de los grupos socialistas, vamos a
mencionar la obra de unos pocos delegados al primer Congreso del Partido, para
confirmar lo que se apunta arriba.
Es
sin duda uno de los escritores ecuatorianos de mayor producción, sobre todo en lo que atañe a pedagogía y problemas educativos en general. Imposible por lo mismo citar aquí todos sus trabajos, debiéndonos limitar, por
consiguiente, a señalar los más
importantes tan solo: Los pedagogos de la
libertad, El niño en la legislación
ecuatoriana, Historia de la educación
en Hispanoamérica, Páginas
de cultura y educación, Bosquejo histórico de la escuela laica ecuatoriana y Medio siglo a través de mis
gafas.
Ocupa
varios elevados cargos. Es Director General de Institutos Normales del Ecuador,
Director General de Educación y Decano
de la Facultad de Filosofía, Letras y
Ciencias de la Educación de la Universidad Central. Además es Senador Funcional
por la Educación en los Congresos de 1930–1935 y Diputado por la
Educación en la Asamblea Constituyente de 1544–1945.
Juan Pablo Muñoz
Es músico y escritor notable. Sus principales trabajos sobre música son Nacionalismo y americanismo musical y La música ecuatoriana. Escribe también un ensayo titulado Glosario de Amiel –1938– donde rebate algunas opiniones del doctor Gregorio Marañón vertidas alrededor de la personalidad del autor del renombrado Diario íntimo. Y en 1943, el “Grupo América” publica, entre otras, su conferencia Confrontación americanista de la post–guerra. Desempeña el cargo de Director del Conservatorio Nacional de Música. Deja, al morir, algunos libros inéditos.
Es músico y escritor notable. Sus principales trabajos sobre música son Nacionalismo y americanismo musical y La música ecuatoriana. Escribe también un ensayo titulado Glosario de Amiel –1938– donde rebate algunas opiniones del doctor Gregorio Marañón vertidas alrededor de la personalidad del autor del renombrado Diario íntimo. Y en 1943, el “Grupo América” publica, entre otras, su conferencia Confrontación americanista de la post–guerra. Desempeña el cargo de Director del Conservatorio Nacional de Música. Deja, al morir, algunos libros inéditos.
Reinaldo Murgueytio
Es un maestro sobre todas las cosas, pues consagra su existencia
íntegra, a la educación de la juventud
ecuatoriana.
De
lo que nosotros conocemos, ha
publicado Yachay-huasi, Llacta cuyani y Tierra, cultura y libertad. El primer libro es bilingüe –castellano y quechua– que contiene una serie de
leyendas, cuentos, fábulas y poesía aborígenes. El segundo es una obra de teatro escrita en colaboración con el profesor
Jorge Romero para ser presentada en escenarios rurales preferentemente. Y el
tercero, de carácter pedagógico, es un valiente alegato en favor de una “reforma
educativa, agraria y social” encaminada
a la redención del campesino y del indio
ecuatoriano.[6]
Su
desvelo, y su lucha en contra de la explotación y menosprecio del indígena, son méritos,
méritos muy grandes, de Reinaldo Murgueytio.
Miguel Ángel León
Otro
poeta y gran poeta. Abre también surcos
nuevos en la poesía ecuatoriana, modificando su
forma y contenido, pues al lado de la innovación formal introduce su
visón de la cruel realidad que le rodea, y rompe lanzas contra la injusticia. E1 indio irredento, cargado como un Cristo de injusticias,
inspira su Elegía de la raza: “Canta mirlo negro. Di tu deprofundis torcaza, /
río que vienes gritando desde arriba, /
llora mi dolor y el dolor de la raza”.[7]
Sus
poemas están recogidos en el libro
titulado Labios sonámbulos. Tiene
además tres obras de teatro: Hacia el Oriente,
Tarqui y Héroes anónimos.[8]
Ejerce el magisterio, llegando a Rector del Colegio “Pedro Vicente Maldonado” de la ciudad de Riobamba.
Gregorio Cordero y León
Su
obra intelectual es muy poco conocida, pues que desterrado por la dictadura de
Federico Páez se radica en la ciudad de
México, donde permanece hasta su muerte. Autor
teatral de preferencia, allí publica
tres de sus obras en 1954: Dios consiente, Dies irae y Maldito el fruto de tu vientre,
recogidas en un volumen con el título de Tres tragedias rurales.[9]
Y en Guadalajara se edita su pieza
denominada Hampa.
Antes
de partir al exilio, en 1935, según noticia que da Ricardo Descalzi en su Historia critica del teatro ecuatoriano, había logrado la
representación de algunas de sus obras
dramáticas que permanecen todavía inéditas. [10]
Siguiendo
la tónica de su generación –la generación del 30– el contenido de su producción teatral es realista, donde aflora la rebeldía y el
ansia de reivindicación social. La denuncia, a veces a grito herido, está
presente a lo largo y a lo ancho de su obra.
Abraham Moscoso
Se
trata de un gran pintor, considerado justamente como precursor de la pintura de
denuncia social. Comprometido con su pueblo,
retrata en sus cuadros la
injusticia y la hipocresía de las clases dominantes, que en la atmósfera pacata de su época son motivo de protesta de los sectores más
retrógrados de la sociedad, que no logra amilanar, en ningún momento, el filo
de su pincel revolucionario.
Al
lado del artista, está el
luchador político. Interviene en la organización de los trabajadores
intelectuales en el Centro Nacional de Bellas Artes en 1924 y luego en la
Sociedad de Artistas en 1935. La cárcel, la persecución, son consecuencias de
su accionar revolucionario. Muere tempranamente a los cuarenta años de edad, pese a lo cual, su nombre no puede
faltar en la historia del arte ecuatoriano.
Quedan
varios otros intelectuales al margen de este estudio, unos pocos más serán mencionados en las páginas que siguen.
Pero
lo visto es demostración
suficiente del papel honroso que cumplen como pioneros del movimiento
revolucionario al transformarse en combatientes de la causa
socialista y difusores de la verdad del marxismo‒leninismo.
El
papel protagónico que desempeñan, empero,
prueba por otro lado la debilidad de
nuestra clase obrera, que no cuenta todavía con una representación que
garantice una conducción firme del Partido recién creado. Las consecuencias de
este fenómeno son grandemente negativas y muy pronto se dejan sentir. Provenientes
de la burguesía y de la pequeña burguesía en su mayor parte, sin una mayor
solidez ideológica, pronto algunos intelectuales defeccionan en la lucha y hasta
traicionan a la revolución abiertamente. Otros, adoptando una posición de derecha,
se convierten en abanderados de ideas revisionistas y forman fracciones que
propenden a la división
partidaria, como en el caso de la llamada Institución
Llamarada de Quito y de la Asociación Revolucionaria Ideológica de
Ambato.
A
la postre, este propósito se
hace realidad: un grupo del Consejo Central, alegando dizque la degeneración de la Internacional Comunista, se
separa de la dirección y llama a formar un nuevo Partido Socialista, que efectivamente se
organiza en 1933. Todo esto, después de una lucha ideológica intensa.
No
obstante lo indicado, una gran parte de intelectuales se mantienen fieles a sus ideas y participan valientemente en las luchas democráticas
de nuestro pueblo, dando su aporte
desinteresado para el progreso de la patria. Son ellos, por lo tanto, los que dejan una hermosa tradición de
honestidad para la intelectualidad
ecuatoriana. Y por lo mismo, son ellos los acreedores de nuestro agradecimiento y nuestro respeto más profundo.
[1] Leonardo Muñoz enumera a los
miembros del Grupo Antorcha: “Éramos los hermanos Paredes (Ricardo y Ángel
Modesto), los hermanos Carrera (Jorge, César), Ernesto Mogollón, Gonzalo Pozo,
Hugo Alemán Fierro, Julio H. Peñaherrera, Delio Ortiz, Augusto Arias y Leonardo
Muñoz… Tienen que estar once”. El 15 de
Noviembre de 1922 y la Fundación del
Socialismo relatados por sus protagonistas, Segunda Parte, Corporación Editora Nacional - INFOC, Quito, 1982, p. 90.
[2] Rafael Quintero, “Estudio introductorio”, en Ángel M. Paredes, Pensamiento Sociológico, Banco Central del Ecuador Quito, 1981, pp. 44-45.
[2] Rafael Quintero, “Estudio introductorio”, en Ángel M. Paredes, Pensamiento Sociológico, Banco Central del Ecuador Quito, 1981, pp. 44-45.
[3] Hugo Alemán “¡No pasarán!”, en Nuestra España, Talleres Gráficos
Romero, Quito 1938, p. 56.
[5] Durante la sesión nocturna del
17 de mayo, “el compañero secretario general [Ricardo Paredes], se levanta y
dice: «El compañero que me ha precedido en la palabra, para
combatir la total abolición de la propiedad privada, ha puesto como argumento
el que la Rusia de los Sóviets, no ha podido aún extinguirla, llamando a la
Revolución proletaria bolchevista ‘una locura mística’. Si, la revolución
comunista rusa es un movimiento místico que está conmoviendo al mundo en sus
más hondas raíces, que amenaza derrocar la sociedad burguesa, suprimir todos
los privilegios, romper todas sus tradiciones de mentiras, para fundar una
sociedad comunista donde el bien y la justicia sean las supremas normas. Si, la
revolución bolchevista es un movimiento mítico, porque tiene la fe de las
anunciaciones, porque marca el comienzo de una nueva era, acaso la más grande
de la humanidad. Labores de la
Asamblea Nacional Socialista,
1926, pp. 35-36.
[6] Reinaldo Murgueytio, Tierra, cultura y libertad, Antecedentes para las Reformas Educacional, Agraria y Social en el
Ecuador. Talleres Gráficos Minerva, Quito, 1961, p. 6.
[7] Miguel Ángel León, Labios sonámbulos, Casa de la Cultura
Ecuatoriana, Quito, 1954.
[8] Franklin Barriga López y
Leonardo Barriga López, Diccionario de la
literatura ecuatoriana, t. III, Ed. Casa de la Cultura del Ecuador - Núcleo
del Guayas, Guayaquil, 1980, p. 40.
[10] Ricardo
Descalzi, Historia critica del teatro ecuatoriano, t. III. Ed. Casa de la
Cultura Ecuatoriana, Quito, 1968, p. 1030.
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